Montaña Fest: Cuando el Valle Sagrado de los Incas gozó de arte y música en vivo

tiempojoven

Texto y fotos por Diego Bravo

Ya se cumple poco más de una semana del festival al aire libre realizado el pasado 24 de septiembre, entre las enigmáticas montañas de Urubamba, Cusco. Organizado por la productora nacional Montaña, junto a Produce PerezA, este evento más allá de albergar a distintos artistas nacionales e internacionales, buscó concientizar y mostrar una temática dirigida al cuidado del medio ambiente, cómo práctica principal, el reciclaje, pues casi toda la decoración de este festival se realizó con material reciclado, que cabe decir, ofreció una vista y experiencia bastante singular.

El recinto de la fiesta tuvo lugar exactamente en la Finca Intiquilla, lugar rodeado de montañas que solo el mismo Valle Sagrado puede ofrecer. Estuvieron como invitados especiales y estelares de la noche Los Espíritus, banda argentina de rock blues psicodélico con más de diez años de trayectoria y cinco álbumes, el más reciente titulado ‘Sancocho Stereo’. La lista de bandas que acompañaron esta presentación estuvo de la mano con la temática mística que el festival preparó para el público, entre ellos, Pochi Marambio y Tierra Sur.

Asimismo, retornando de una gran gira por Estados Unidos, la banda  Hit La Rosa dejó todo en el escenario dando a relucir su cautivador sonido. También participaron reconocidas bandas nacionales cómo Chintatá, La Fankmilia, Los Residentes y Super Simio. Sin embargo eso no fue todo pues este festival también dio oportunidad a la modalidad de solistas, entre ellos, Chayo Chévez , Mario Maywa, Ruqyay Wayra y Renzo Zong. Finalmente como artista de cierre se hizo cargo La Roja de la Cumbia.

El inicio de la intriga

Era mediados de julio del presente año, cuando una publicación en instagram de la productora Montaña generaba intriga con el siguiente mensaje, El valle esconde grandes misterios… este lunes descubre uno de ellos.”, grata fue la sorpresa cuando llegó el día y la cuenta oficial de la productora volvió a realizar un post pero esta vez anunciando la fecha de Montaña Fest, junto a todos los artistas invitados, lo más llamativo de raíz fueron dos cosas, la temática de realizar un concierto en un ambiente tan especial como el Valle Sagrado y que la banda estelar sea Los Espíritus, quienes anteriormente han dado conciertos en la ciudad de Lima, 2018 y 2019, conciertos que cabe resaltar,  pasaron desapercibidos, teniendo en cuenta que en los últimos años la banda se ha vuelto más popular por el sonido particular que tienen, esta vez la ciudad de Cusco formó parte de la lista de ciudades sudamericanas de distintos países dentro de su gira 2022 titulada “Sancocho Stereo”.

Día del concierto

Era sábado 24 de septiembre. Para entonces ya el festival días previos se movía por redes sociales con un hashtag bastante puntual e indicado para la experiencia: “#estodounviaje”. Y no es para menos, pues los asistentes de distintos departamentos del Perú tuvieron que realizar un viaje ya sea por carretera o avión para llegar a Cusco, muy aparte de que una vez en la ciudad han tenido que realizar un segundo pero corto viaje a la ciudad de Urubamba, al igual que los asistentes provenientes de la ciudad de Cusco, para llegar al recinto han tenido que recorrer las carreteras con una vista bastante hermosa de todas las montañas y bosques que alberga el Valle Sagrado de los Incas.

Una vez estando dentro de la Finca Intiquilla se podía distinguir a la distancia el imponente escenario  principal llamado “Uku Pacha”, que hace referencia al mundo interior de las almas en la cultura Inca, un curioso guiño al hecho de que en ese escenario horas más tarde estarían Los Espíritus. Era imposible no ver la característica decoración, llena de hongos gigantes, atrapasueños, colores, telas y al medio un gigantesco ojo, en donde se proyectarían las animaciones y efectos visuales de las respectivas bandas, con un fondo único acompañados de los apus y el cielo celeste del valle.

Por otro lado se visualizaba un segundo escenario más pequeño llamado “Kay Pacha” en referencia al mundo terrenal de los Incas. En comparación al escenario principal, este parecía ser construido de una forma mucho más artesanal, tanto el montaje como la decoración, pero en general ambos escenarios y todo el lugar estuvo lleno de decoraciones muy curiosas, coloridas, psicodélicas. Gran parte de esta decoración se realizó gracias a una campaña previa de la misma organización en donde se invitaba a los asistentes donar material reciclado que pueda servir para crear estos elementos decorativos. Alrededor de toda la finca se encontraban diferentes puestos de comida, desde platos gourmet hasta platos tradicionales de la zona, ferias, arte en vivo y también talleres.

Eran cerca de las 3.00 p. m. y la banda de funk experimental, La Fankmilia ya estaba haciendo bailar a los primeros asistentes del evento, al ritmo de sus canciones con líneas de bajo bastante pegajosas, sin embargo previamente quienes se encargaron de hacer entrar en ambiente y conexión con la energía del Valle Sagrado estuvo a cargo de Mario Maywa, músico solista que ofrecía toda una  travesía sonora con bastante aura de meditación, que cabe decir sé complementó muy bien con todo el ambiente de la finca, al igual que la presentación ofrecida por la agrupación Capulimanta Sikuri, un grupo conformado solamente por mujeres que ejecutan música netamente tradicional con tambores artesanales y zampoñas que empalmaban perfectamente en el lugar.

Francesco Bernasconi, elegido en la convocatoria de artistas que se sumaron al line up del festival, deleitó con sus canciones y guitarra en mano  al público que iba llegando con el pasar de las horas, seguido a esto se sube  al escenario principal la banda Super Simio, presentando todo su talento y puesta en escena llena de melodías tropicales y sonidos urbanos, una fusión bastante refrescante, su canción “que va ser” no pudo faltar y fue una de las más coreadas por el público, que para entonces ya estaban hasta bailando desde diferentes sitios.

Para moverse de un escenario al otro no había que realizar esfuerzo alguno. Bastaba con voltear la mirada y caminar unos pasos. En ese momento era turno de Los Residentes, banda proveniente de Lima que actualmente ejecutan su trabajo artístico en la ciudad de Cusco, por lo que su presencia en el festival ya era un hecho.

Dieron un show lleno de ecos, y atmósfera de sintetizadores y guitarras con delay, su canción “Sharigirl” no pudo faltar. El ambiente cada vez más entraba en calor, un sol que ya se animaba a ocultarse entre las montañas, el viento sacudiendo los telares del escenario al igual que los atrapasueños que colgaban de diferentes partes. Era un ambiente de mucha paz y el simple hecho de estar al aire libre, daba la sensación de estar en un festival de vibra “hippie”, pues también muchos asistentes también tenían las características, maquillajes curiosos, telas de diferentes colores y los dreadlocks no faltaron.

No era casualidad pues ya era turno del sonido emblemático del reggae peruano. Pochi Marambio y Tierra Sur ya estaban en el escenario. Era cerca de las 6:00 p. m. y la cantidad de personas ya había aumentado considerablemente, todos emocionados por escuchar los tambores, bongos, líneas de bajo bastante relajantes, guitarras armoniosas y la inconfundible voz de Pochi Marambio. Uno de los primeros temas con el que empezó su presentación fue “Reino animal”, al igual que clásicos como “La Luna”, canción que te llama la atención desde los coros armónicos con los que empieza, seguido a la sensación de querer bailar que esta canción por naturaleza suele generar.

Obviamente no faltó “Mi marimba”, que fue básicamente una carta de invitación al público a relajarse, pues la fiesta ya había comenzado y había aún mucho por disfrutar, realmente todo el set de canciones fue una fiesta, bailada, cantada, disfrutada por todos los asistentes, fue un show de una hora, pero la alegría fue tanta que parecía mucho más.

Nuevamente el público dio media vuelta para acercarse al escenario pequeño, esta vez con la presencia de Chayo Chevez, quien se encargó de dar el matiz de música afroperuana que el festival necesitaba. A punta de guitarra y cajón, los asistentes pudieron cantar clásicos de la música criolla como “Jipy Jay” y muchas otras canciones más.

La noche ya imponía su presencia y un manto de estrellas cubría el festival. Todo preciso para la presentación de Hit la Rosa, banda fusión de psicodelia tropical, que días previos a Montaña Fest, regresaban de una exitosa gira en el exterior. Muchos asistentes esperaban ese momento, pues esta banda más allá de ofrecer excelente música en vivo, tienen una dinámica muy peculiar. La cantante es muy expresiva tanto vocal como físicamente, sin mencionar los visuales propios proyectados en la pantalla con forma de ojo gigante. Todo un show, un acto especial, sintetizadores hipnotizantes, una guitarra con mucho sabor a cumbia y chicha roots clásica con efectos que hacían volar la imaginación a más de uno, ni que decir de las percusiones, haciendo vibrar el cuerpo con sus ritmos, todo en conjunto fue un excelente show bastante destacable, gran parte de sus canciones provenientes del disco “Ceres Entrópicos” hicieron bailar a todo el público.   

Se da una pausa a las guitarras, para volver al escenario pequeño, pero ya no se trataba de un cantante, era turno de las mezclas, beats, loops y más. Renzo Zong fue una pausa precisa a los instrumentos para dar pie a una mezcla de sonidos ancestrales con ritmos electrónicos. La fusión de este DJ reflejaban sonidos afrolatinos y amazónicos, haciendo bailar a los presentes mientras que otros hasta meditaban, se sentía cómo un respiro, aprovechando la oscuridad de la noche y el cielo estrellado.

Luego de la pausa, el escenario principal se enciende y los amigos de la banda Chintatá trajeron consigo una gran variedad de instrumentos, altamente representativos del Perú, pues esta banda es netamente cusqueña, y estaban más que contentos de demostrar su talento en vivo. Arpa andina, charango, instrumentos de viento andinos de la mano de instrumentos clásicos de una banda en vivo, dieron un sonido explosivo y hasta bastante inesperado, ya que dentro de su repertorio incluyeron canciones inéditas de un próximo material a lanzar. El cantante, vestido de cóndor, inició con una introducción que transportaba al antiguo imperio incaico para luego dar pase a una fusión rock seguido de un sonido electrónico bastante hipnotizante De hecho, el juego de iluminación realzaba lo mencionado.

Hasta este punto, el festival ya había dejado algo en claro, que sí se pueden hacer festivales descentralizados en Perú, y que las bandas nacionales tienen todo para cautivar al mundo con esos sonidos tan característicos que pueden encontrar con la fusión del folklore peruano.

Terminada su presentación, se invita por última vez al público dirigir su mirada al escenario secundario. Nuevamente una pausa a los instrumentos para poner en marcha las mezclas sonoras. Esta vez a cargo de Ruqyay Wayra, un dj cusqueño que no esperó hacer ninguna introducción para su presentación, porque desde que arrancó su set, todos empezaron a bailar. No se podía visualizar el rostro de este artista, pues su cara estaba cubierta por una máscara de diseño tradicional ancestral.

Impulsaba al baile con electro house acompañado de extractos de canciones antiguas, disco, R&B, soul y mucho más. Al ser el escenario pequeño no había mucha iluminación, sin embargo a los diez minutos de haber empezado el set apareció una bailarina con un  vestido transparente lleno de luces blancas, que al ritmo de las canciones y su baile, parecía que se tratase de un efecto visual, eso sorprendió a los espectadores, que no dejaban de bailar, ese pequeño momento fue lo más cercano a un rave entre las montañas.

Los Espíritus en Uku Pacha

Eran ya las 11:00 p. m. y finalmente era el horario del estelar de la noche. Todas las almas presentes estaban en su máxima congregación frente al escenario que tiene como nombre Uku Pacha, que significa el inframundo incaico. Eran Los Espíritus quienes acumularon el clímax de la noche, pues para ser una banda argentina, tienen fuertes influencias de sonidos propios de Latinoamérica con rock blues psicodélico, por lo que es muy atractivo familiarizarse con la banda.

Los Espíritus es una banda que tiene mucha conexión con el misticismo, con lo espiritual. Realmente le rinden honor a su nombre. Empezaron con su clásica introducción llena de percusión (de por sí todo el festival desde un principio abarcó bastantes sonidos de madera, tambor, bongos, congas, shekeres, ellos no serían la excepción). Su ejecución de estos instrumentos en la introducción fue tan prolija y sincronizada que por un momento recordaba al sonido de una olla hirviendo y burbujeando, siempre ellos respetando su temática actual, que lleva de nombre tanto el disco como también la gira “Sancocho Stereo”.

Comenzaron el set con “Buscando la luz”, perteneciente al último disco, una canción con letras bastante fuertes, un llamado a generar consciencia por el cuidado mental de uno mismo. Antes de intentar ayudar a otros, ayudarse a sí mismo. Esta banda en casi todas sus canciones transmite mensajes bastante positivos y alentadores, para llevar una vida en mejor rumbo, pero también invita a la autocrítica humana, ver los errores para mejorar. Terminada la primera canción, la voz principal Maxi Prietto saluda bastante emocionado a todo el público, brindando con todos los integrantes una cerveza Cusqueña.

Realmente se les podía ver bastante contentos. Se sentían en casa entre las montañas, apartados de la ciudad, y claro que reconocieron con asombro el detalle de tener un gigantesco ojo a sus espaldas. La música no se iba a detener, tema tras otro sonaban, como “Todo bien”, “Ayudas”, “Ola blanca”, “Destino”, “Semillas de luz”, “Huracanes”, “Jugo”. Para ser una gira de su más reciente disco, también tocaron canciones bastante antiguas como “Lo echaron del bar”, “Jesús rima con cruz”.

Era la primera vez que esta banda argentina se presentaba en la ciudad de Cusco. Antes solo habían estado en Lima. El Montaña Fest otorgó una temática que iba muy bien acompañada. Su presentación fue gratamente despedida con fuertes gritos, aplausos, agradecimiento por todo el público, hasta lágrimas. Muchos viajaron desde diferentes ciudades del país para poder verlos y gozar de su música. No se sabe cuándo será la próxima oportunidad en que Los Espíritus vengan a Perú, pero algo es seguro, se llevaron un gran recuerdo y experiencia, la misma que se llevaron todos los asistentes. 

Para el cierre final de esta fiesta estuvo La Roja de la Cumbia. Dieron una despedida general de todo el festival al ritmo de la cumbia tradicional del país, con un largo repertorio de canciones para bailar hasta las 2:00 a. m. Una buena forma de cerrar toda la experiencia vivida desde tempranas horas del festival, entregando al público sus últimas energías e ir contentos de regreso a casa.

Montaña Fest brindó una experiencia de alta calidad. Una organización bastante admirable y pulcra en todo aspecto (espacio, tiempo, calidad humana) que todo festival merece tener. No es de sorprender que más adelante tengan una próxima edición. Dieron todo para destacar en esta primera ocasión. Montaña Fest realmente fue todo un viaje.

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