Crónica: Roberto Isa / Fotos: Fede Errecalde

En un Uniclub colmado, la voz original de Iron Maiden repasó su etapa al frente de la Doncella de Hierro.

Embarcado en una maratónica gira por Sudamérica (que incluyó nada menos que 31 shows en Brasil), bajo el título “The Beast Resurrection Tour”, Paul Di’Anno visitó nuevamente Argentina con un show en Uniclub, recinto de capacidad limitada que ofrecería un marco sumamente íntimo para el evento. Paul encarna en su propio físico las secuelas de los famosos excesos del mundo del rock and roll. Imposibilitado de caminar desde hace ya varios años, ofrece sus recitales desde la silla. Sin embargo, a juzgar por sus recientes presentaciones, su performance vocal se encuentra en un estado más que óptimo. Con esta última premisa, el pronóstico para la noche del viernes era alentador.

Los locales Against abrieron la velada, con un contundente y enérgico show que rápidamente ganó la aceptación de los concurrentes, y confirmó el lugar de la banda como uno de los nombres destacados de la escena nacional actual. A esta altura, no había ningún espacio libre en Uniclub, lo cual, sumado al calor de la noche del viernes, convertía al lugar en un hervidero, ideal para que la bestia salga a escena. Tras una breve pausa entre actos, el telón se abre con Paul en el centro del escenario, acompañado por una banda de músicos locales, mientras suena la melodía del instrumental “The Idles of March”. Luego de un breve saludo de parte del cantante a la audiencia, las inconfundibles líneas graves de “Wratchchild” ponen a todo el público a saltar. Los clásicos primigenios de Iron Maiden se suceden uno tras otro, pasando temas como “Sanctuary”, “Purgatory”, “Drifter” o “Remember Tomorrow”, siendo este último dedicado por Paul a la memoria del fallecido baterista original de Maiden, Clive Burr, a quien el cantante definiera como “un gran amigo”.

Las menciones a la alta temperatura dentro del recinto se hicieron presentes varias veces por parte de Paul, quien a mitad de show pidió cambiar el menú ofrecido por la organización: “no quiero más cerveza, ¿dónde está mi tequila?”, realizó el pedido el cantante y rápidamente fue cumplido. “Esta es una canción de amor”, anunció Paul antes de que la banda arremetiera con “Murders in the Rue Morgue”, electrizante relato sobre asesinatos en serie lanzado en “Killers”, el segundo disco de Iron Maiden, y cuyo tema homónimo sonó a continuación. “Charlotte The Harlot” le abrió paso a la ejecución del instrumental “Transylvania”, sin duda el tema más famoso de la Doncella de Hierro en cuanto a instrumentales, lo cual fuera reflejado en la efusividad de los concurrentes durante su presentación, aunque también fuera muy celebrado “Gengis Khan”, el otro instrumental de la noche.

El momento de descanso le permitió a Paul prepararse para el que él mismo declaró como “el tema más difícil de cantar”: “Phantom of the Opera”, que fue ejecutado de manera perfecta, ofreciendo el punto más alto de la noche. Aquí es necesario destacar la muy profesional presentación de la banda local que acompañó a Paul Di’Anno en su presentación en tierras argentinas, un selecto grupo de músicos locales conformado por Frankie Cañardo y Pablo Román en guitarras, Alan Fritzler en bajo y Ezequiel Courvoisier en batería, quienes, a pura precisión y prolijidad fueron el soporte necesario para que el espectáculo fuera excelente.

El tramo final del show inició con “Running Free”, una oda a la libertad que cuenta con el sello de Di’Anno junto al de Steve Harris, el mandamás de Maiden, en la composición. “Prowler” puso a todos los asistentes a corear las melodías de las guitarras, dando el preámbulo ideal para el gran final de la noche con el ultra clásico “Iron Maiden”, uno de los principales himnos de la legendaria banda británica. No hubo Eddies gigantes ni pirotecnia, como acostumbran a hacer los colosos metaleros en sus recitales, pero sí hubo una bestia suelta, con buen estado vocal y el carisma de renegado social que es su sello. “Supongo que soy un chico malo”, dijo Paul sobre el final, a la vez que aseguró que volverá el año que viene ofreciendo más shows en Argentina. Y sin dudas que la enorme fanaticada local de Iron Maiden estará esperando que nuevamente llegue la hora de la bestia.