En 1976, Kiss enfrentó el desafío de reconciliar las expectativas de su creciente base de fanáticos con su deseo de evolucionar creativamente. Tras el éxito comercial de “Alive!” y el pulido “Destroyer”, que atrajo nuevas audiencias con la balada “Beth”, algunos seguidores de la vieja escuela sintieron que el grupo se alejaba demasiado de su sonido original.
Decididos a recapturar la esencia de sus shows en vivo y satisfacer a los fanáticos más leales, Kiss eligió grabar su quinto álbum de estudio en el Nanuet Star, un teatro de conciertos vacío ubicado a las afueras de Nueva York. Este nuevo trabajo se convirtió rápidamente en otro gran éxito, permitiéndoles capitalizarlo con una línea de productos, su leal club de fans Kiss Army y conciertos pirotécnicos que elevaron la apuesta de lo que eran capaces de hacer en el escenario.
Lo que sería uno de sus álbumes más icónicos no solo alberga clásicos como “Calling Dr. Love”, “I Want You”, “Makin’ Love” y “Take Me”, sino que también presenta una de las mejores portadas en toda su trayectoria.
La tarea recayó en Michael Doret, un destacado ilustrador y diseñador neoyorquino conocido por sus trabajos en tapas para la revista Time y el logo de los New York Knicks, entre otros. Su estilo gráfico, afilado, plano y brillante, marcó una clara diferencia con la estética de “Destroyer” diseñada por Ken Kelly. Aunque no había una dirección específica a seguir, con “Rock And Roll Over” tenían el título del disco para trabajar, lo cual no era habitual. Doret, no familiarizado con el conjunto, tuvo que pedir a Gene, Paul, Ace y Peter que le describieran sus roles antes de comenzar con el arte.
Inspirado por su reciente trabajo en la portada de la revista “Idea”, una publicación japonesa sobre arte, Doret adoptó su enfoque gráfico y la vibrante paleta de colores que había desarrollado en ese proyecto para la nueva obra. La imagen de los cuatro rostros maquillados, cada uno rodeado de sus propias “energías” dentro del círculo principal, ciertamente contribuyó a fijar las “personalidades” de los integrantes en el imaginario popular.
Cuando finalmente presentó el boceto a los miembros de la banda, estos quedaron encantados y solo solicitaron cambios menores, como pequeños ajustes en las caras, especialmente en la de Paul, y la rotación de las letras del título en 90 grados. El resultado fue un contraste asombroso con las anteriores portadas de Kiss y sigue siendo una de las portadas de discos más impactantes de los años 70.