Audioslave lanzó su álbum debut homónimo el 19 de noviembre de 2002. Este disco, producido por el reconocido Rick Rubin, quien facilitó la reunión entre Chris Cornell y los exmiembros de Rage Against the Machine, se convirtió en un éxito inmediato. Alcanzó el séptimo puesto en la lista Billboard 200 tras vender más de 162,000 copias en su primera semana, y con ventas que superan los tres millones solo en Estados Unidos, se erigió como el trabajo más exitoso en la corta pero trascendental historia de la banda.
Este supergrupo logró fusionar el sonido característico del hard rock de los años 70 con el emergente rock alternativo de la época, combinando la creatividad incomparable en el uso de tonos, efectos y el interruptor de palanca de Tom Morello.
Detrás del impactante arte de este álbum se encuentra el renombrado diseñador gráfico británico Storm Thorgerson, quien, junto con Aubrey Powell, cofundó el célebre estudio Hipgnosis. Conocido por sus composiciones fotográficas con aire surrealista, este estudio innovó en el lenguaje visual del rock mediante procesos en el cuarto oscuro, exposición múltiple, recortes, collages y retoques con aerógrafo, siendo su portada más emblemática la de “The Dark Side of the Moon” (1973). Tras la disolución de este colectivo artístico en 1983, Thorgerson continuó diseñando para bandas y dirigiendo videoclips.
Su obra se caracteriza por desafiar los convencionalismos del diseño, mostrando una creatividad desbordante y conceptos visuales llenos de simbolismo que enriquecen la narrativa musical, tal como lo refleja la cubierta del álbum debut de Audioslave.
La imagen central muestra una escultura gigante de una llama situada en un paisaje volcánico. Este fuego eterno simboliza la reencarnación de las dos bandas fallecidas en una nueva entidad. Según Thorgerson, la naturaleza inquietante de la voz de Chris Cornell evocaba de manera tan abrumadora los volcanes que decidieron buscar un paisaje con estas características para el diseño.
La elección recayó sobre la isla de Lanzarote, en las Islas Canarias, conocida por su terreno volcánico. Sin embargo, la enorme pieza escultórica fue fotografiada en una mina de carbón cercana en el Reino Unido. La escultura de la llama, creada en bronce batido, se fusionó digitalmente con el paisaje de Lanzarote, dando como resultado una imagen surrealista y poderosa.
La figura diminuta al lado de la llama, que actúa como un punto de referencia de tamaño, es nada menos que el propio Storm Thorgerson.