Crónica: Roberto Isa / Fotos: Martín DarkSoul
El sello discográfico Icarus celebró sus primeros 30 años con un festival gratuito que reunió a bandas consagradas y nuevas promesas de la escena.
En una época de aluviones de shows, pero también de bolsillos comprometidos, la productora de eventos y sello discográfico Icarus organizó una celebración más que loable: un festival gratuito en el Teatro Flores que reunió a grandes nombres del heavy metal local. Con un organigrama que requería retirar previamente las entradas gratuitas en fechas específicas, no era de sorprender que estas se agotaran casi de inmediato. Y así fue como las localidades se distribuyeron en cuestión de horas, asegurando un marco ideal para la celebración el pasado miércoles 19 de junio.
Desde temprano, las hordas metaleras se apersonaron en las inmediaciones del Teatro Flores para comenzar con el ritual, donde las camperas de cuero se conjugaban con las típicas indumentarias laborales, a consonancia con el horario de media tarde en el que comenzaba el evento. Ya dentro del recinto, Fatigados, longeva banda del under, ofrecía los primeros machaqueos, seguidos por el power metal de Viatorem Astra, para luego continuar con Un Brujo Lee Chi, comandada por Sergio “Lee Chi” Moreno, bajista de los históricos Los Brujos, como para graficar la variedad de estilos que abarca la movida pesada local. Karkaman ofreció un show del hard rock más tradicional, antes de que Nuclear Sathan, Inazulina e In Element dieran una sacudida de sonidos más extremos.
Arpeghy y Gunner, buenos exponentes del hard rock ganchero, mecharon su propuesta con el thrash de tintes death metalero de Devastación, antes de que comenzaran a aparecer algunos de los nombres más conocidos del ambiente, como Coral, encabezada por el guitarrista de Tren Loco de quien toma el apellido la banda en su nombre, y, hablando de dicha banda, Carlos Cabral, su histórico vocalista, ahora en faceta solista. Ya con un número considerable de asistentes, Bloodparade aportó melodía de corte tecno, mientras que el virtuosismo se hizo presente de la mano de Tándem y Presto Vivace, con el hard rock y el metal progresivo respectivamente, y el furioso thrash metal se hizo presente nuevamente de gran forma con Metralla, Exterminio, Manifiesto y Tungsteno, generadores de rondas y pogos de la feliz concurrencia.
Para el tramo final, llegaban algunas de las bandas con más trayectoria en la escena, como Patán, cultores del más puro heavy metal, o Jeriko, exponentes del power metal local, ambos presentes desde hace 3 décadas, acompañados de otros históricos como Renacer, esta vez en su renovada versión con la cantante Anabella López en reemplazo del fundador de la banda, Christian Bertoncelli. Retro Satán (pioneros del metal nacional desde los años 80) nos llevó a las raíces del género, mientras que Pandemia y Serpentor apostaron por demoler el Teatro. Como últimos actos, llegaron Reinará la Tempestad, encabezados por Hugo Benítez, cantante original de Horcas, y Tren Loco, uno de los máximos nombres del heavy metal argentino, encargado de cerrar con una andanada de clásicos lo que fue una gran celebración del metal nacional.