Crónica: Nicolás Cardinale / Fotos: Maru Debiassi
Tras más de cinco décadas de trayectoria, la legendaria banda británica Uriah Heep finalmente concretó su esperado debut en nuestro país.
Las personas más sabias dicen que nunca se dejan de experimentar primeras veces. Ni siquiera en las instancias más tardías de la vida. Esto quedó demostrado cuando los veteranos Uriah Heep debutaron en suelo argentino el pasado 5 de abril. Ante un Groove con poca gente, pero con mucha ilusión, los británicos se dieron el lujo de mostrarse jóvenes repasando toda su discografía, en lo que fue una de las paradas latinoamericanas del “The Magician’s Farewell Tour 2025”.
La vibra setentosa comenzó a sentirse en el recinto ubicado a metros de La Rural, cuando a las 20:20 Karkaman comenzó a calentar la previa. A lo largo de casi una hora, la banda compartió algunos de sus temas e interpretó covers de canciones emblemáticas del rock nacional. Cuando el reloj marcó las 21:30, los acordes iniciales de “Grazed By Heaven” dieron el puntapié inicial a la celebración. A pesar de sus más de 55 años de trayectoria y la avanzada edad de sus integrantes, cada miembro sobre el escenario reclamó el protagonismo a su manera. El vocalista Bernie Shaw se desplazaba de un lado a otro, ofreciendo una interpretación soberbia. El guitarrista, fundador y líder Mick Box, interactuaba con el público durante y entre canciones con gestos de su mano hábil, mientras sus dedos seguían dibujando las notas en su instrumento. Mención aparte merece el baterista Russell Gilbrook, quien en cada tema brindó un espectáculo propio, incluso dedicando tiempo para un solo de batería.
Entre canciones, el frontman se tomaba unos instantes para hablar con el público y mostrar la felicidad de la banda de poder estar por fin en Argentina, bromeando con que solo les tomó toda su carrera lograrlo. El guitarrista también mostraba su aprecio por el recibimiento que le dieron los fanáticos. El humor estaba tan presente que el vocalista incluso hizo chistes acerca de un par de desconexiones que tuvo su micrófono mientras interpretaban “Overload” y “Shadows Of Grief”, preguntándole al público si lo escuchaban bien, lo que se ganó tanto risas como aplausos de la gente. También aclararon que el nombre del tour no implica el final de la banda, sino que se tomarán más tiempo para sí mismos y que no girarán con tanta frecuencia ni en periodos de tiempo tan extensos.
Los londindenses dijeron adiós luego de haber tocado “Sunrise” y la infaltable “Easy Livin’”, terminando lo que fue una celebración de una carrera completa. A pesar de la poca concurrencia y la quietud de los asistentes, sus voces fueron lo suficientemente altas para llenar el vacío de la sala y brindarle a Uriah Heep una experiencia muy cercana a la que los argentinos suelen acostumbrar a los artistas que van a ver. El telón de Groove se cerró ante una lluvia de aplausos y la promesa de que, quizás, el mago tenga algún truco más que mostrar en nuestro país.











