AC/DC fue una de las tantas bandas que se encontraron bajo el escrutinio público y mediático a mediados de los años 80’s. La locura del “pánico satánico” que se había generado alrededor del hard rock, el heavy metal y otros géneros, había provocado que organizaciones de padres, líderes religiosos y figuras políticas comenzaran a exigir medidas contra el contenido percibido como “peligroso”.
Este pánico moral se reflejó en movimientos como la campaña del “Parents Music Resource Center” (PMRC), que abogaba por el etiquetado y la censura de álbumes considerados inapropiados para los jóvenes. Por “inapropiado” se entendía contenido relacionado con el sexo, el alcohol y las drogas, el ocultismo y la violencia.
El “Rock N’ Roll Train” descarrila
En 1985, la banda australiana no se encontraba en su mejor momento: Si bien habían logrado salir adelante después de la muerte de su cantante Bon Scott en 1980, e incluso superarse a sí mismos comercialmente hablando de la mano de Brian Johnson con discos emblemáticos como “Back in black” (1980) y “For those about to rock” (1981), los trabajos posteriores no tuvieron el mismo éxito. “Flick of the switch” (1983) sufrió una pobre recepción en el mercado y “Fly on the Wall” (1985) representó un declive comercial aún mayor, con el álbum alcanzando solo el puesto número 32 en Estados Unidos mientras que los tres discos anteriores habían entrado en el top 15.
Fue justamente días antes de su gira promocional para “Fly on the wall” que el grupo recibiría un golpe inesperado.
Richard Ramirez, “The Night Stalker”
Entre abril de 1984 y agosto de 1985, la ciudad de Los Ángeles se vió horrorizada por una serie de brutales asesinatos. Al principio, estos parecían no tener relación entre sí, ya que el modus operandi del perpetrador variaba en cada caso, lo que hizo su captura aún más complicada.
Detrás de estos horrendos crímenes se encontraba Richard Ramirez, un joven de 25 años que profesaba el satanismo y a quien los medios habían apodado “The Night Stalker” (El acosador nocturno). Cuando fue atrapado, enfrentó 12 cargos de asesinato en primer grado, uno de asesinato en segundo grado, 11 cargos de violación y 14 cargos de robo en primer grado. Fue encontrado culpable de todos ellos y sentenciado a 19 penas de muerte.
Un asesinato de Ramirez el 17 de marzo de 1985 conectó a AC/DC con sus crímenes: en la escena, Richard dejó una gorra con el logo del grupo. Posteriormente, un amigo de su infancia reveló que “The Night Stalker” era fanático de la banda desde joven.
La controversia y el rol de los medios
Esta polémica fue explotada por la prensa aprovechando el contexto del ya mencionado “pánico satánico” publicando titulares tendenciosos y amarillistas como “La música de AC/DC me hizo matar a los 16 años, admite Night Stalker” y “Asesinato en masa impulsado por el rock y la adoración al Diablo”.
La canción “Night Prowler” de AC/DC, incluída en su álbum “Highway to Hell” de 1979, estuvo en el foco de la controversia. Con una letra oscura y misteriosa, muchos comenzaron a especular que había influido en Ramírez o que incluso podría haber sido una inspiración para sus crímenes. La letra de la canción describe a un individuo acechando en la noche, lo que, según algunos, encajaba a la perfección con el asesino, quien atacaba cuando caía el sol:
“‘Cause no one’s going to warn you And no one’s going to yell, “Attack!”And you don’t feel the steel Till it’s hanging out your back I’m your night prowler, asleep in the day Night prowler, get out of my way Yeah, I’m the night prowler, watch out tonight Yes, I’m the night prowler, when you turn out the light” | ” Porque nadie te va a advertir Y nadie va a gritar, “¡Ataque!” Y no sentirás el acero Hasta que esté saliendo de tu espalda Soy tu merodeador nocturno, duermo de día Merodeador nocturno, quítate de mi camino Sí, soy el merodeador nocturno, cuidado esta noche Sí, soy el merodeador nocturno, cuando apagues la luz” |
No sería la primera mala prensa que recibiría AC/DC, ya que el grupo anteriormente había chocado con grupos religiosos y defensores de los llamados “valores familiares”. Los críticos de la banda habían afirmado durante mucho tiempo que los miembros de AC/DC eran adoradores del diablo, con títulos de álbumes como “Highway to Hell” o canciones como “Hell’s Bells”, y algunos afirmaban que las siglas AC/DC significaban “Anti-Christ/Devil’s Child” (o Devil’s Children).
La respuesta de AC/DC
Envueltos en una polémica a la que les costaba tener que responder, el grupo negó tener algún tipo de conexión con Ramirez y sus asesinatos. Como ya habían explicado en otras ocasiones, la idea para el nombre “AC/DC” (Alternating Current/Direct Current) había surgido de un cable de alimentación en la parte posterior de la máquina de coser de una de las hermanas de Malcolm y Angus. Para ellos, significaba “poder”, reflejando en el nombre la energía de su música.
Con respecto a la canción, Angus declaró en su momento: “En el caso de esa canción, se ha sacado completamente de contexto. La historia proviene principalmente de un tipo que solía robar ropa interior de las cuerdas de la ropa de la gente y eso inspiró a Bon Scott para escribir una canción. De eso trata “Night Prowler””. Sin embargo, la letra completa deja ver una temática mucho menos inofensiva que la descrita por el guitarrista, aunque esto no quiere decir, desde luego, que AC/DC tuviera implicancia en las acciones de Richard Ramirez.
Las consecuencias
Eventualmente, la locura alrededor de AC/DC y Richard Ramirez se extinguió, pero no sin antes de que la banda recibiera algunos golpes como conciertos cancelados, promotores que temían asociarse con ellos e incluso amenazas de muerte que resonaron en un contexto de miedo y paranoia.
A pesar de la controversia, AC/DC continuó siendo una de las bandas de rock más exitosas y duraderas de todos los tiempos. En la actualidad, el grupo sigue sobre los escenarios con más de 50 años de trayectoria. Richard Ramirez, por su parte, falleció en 2013 a los 53 años de cáncer mientras esperaba su ejecución.
Este caso dejó un legado duradero en la discusión sobre la censura, la libertad de expresión y la responsabilidad en el arte. Aunque los años 80’s vieron un aumento en las iniciativas de censura y etiquetado, también se fortalecieron los argumentos a favor de la libertad artística y la importancia de contextualizar y comprender el arte más allá de una interpretación superficial o literal. En la actualidad, el debate aún no termina: los nuevos medios de entretenimiento siguen desafiando las normas sociales y culturales, mientras que la sociedad sigue tratando de encontrar un equilibrio entre la protección de los individuos y la defensa de la libertad de expresión.