Crónica: Roberto Isa / Fotos: Maru Debiassi

El legendario guitarrista, reconocido principalmente por su paso por Megadeth, brindó un show en Buenos Aires, recorriendo toda su carrera.

Hacia fines de los años 90, Marty Friedman era una figura por demás reconocida en el mundo del heavy metal. Como guitarrista de Megadeth, contribuyó de gran manera para que la banda liderada por Dave Mustaine alcanzara picos compositivos que otorgaron a la agrupación un reconocimiento del que goza hasta el día de hoy, aportando solos y riffs de notoria riqueza técnica y gran sentido de la melodía. Pero en ese entonces llegó el cambio: Marty dejó Megadeth y se radicó en Japón, donde continuó su carrera solista, la que ya había comenzado en Estados Unidos, siendo “Drama”, de 2024, su más reciente entrega.

Con motivo de la presentación de este último álbum, Marty ofreció un concierto en el Teatro ND del centro porteño el pasado martes 10 de junio. Se trató de una oportunidad ideal para disfrutar la música del consagrado violero, tanto por la propuesta sobre el escenario, como por la comodidad que ofrece el recinto para este tipo de espectáculos. A las 21 horas, los músicos que acompañan a Friedman salieron a escena: la bajista Wakazaemon, el baterista Chargeeeeee, y el guitarrista Naoki Morioka, seguidamente acompañados por el mismo Marty, saludando a la audiencia, mientras ingresaba guitarra en mano.

El inicio del show fue con “Deep End”, track del nuevo disco, que también estuvo representado por “Illumination” y “Tearful Confession”. La bajista Wakazaemon tomó el micrófono para ponerle voz a “Monophony”, tema de su autoría que marcaría el único pasaje vocal dentro de un show netamente instrumental, donde el sabido virtuosismo de Marty Friedman se vio sustentado por sus notables músicos de apoyo, con temas que van desde las baladas hasta el metal progresivo, pasando por momentos de J-rock entremezclados.

Apenas transcurridos cinco temas, llegaría el momento más esperado por los asistentes: la ejecución del solo de “Tornado of Souls”, el segmento musical que significara la consagración definitiva de Marty Friedman en el Olimpo de los guitarristas de heavy metal en los inicios de los años 90. Para esta ocasión, la banda improvisó un divertido sketch de comedia metalera, en donde el guitarrista Kaoki Morioka toma el centro del escenario comenzando a ejecutar el solo, ante el desconcierto de Friedman y el público. Tras el momento de confusión (que lució fresco, más allá de la obvia preparación), Marty ahora sí reanudó el tema, ofreciendo a los espectadores una notable versión de su solo más famoso.

“Dragon Mistress” inició la última parte del show. El tema pertenece a “Dragon’s Kiss”, el primer disco solista de Friedman, editado en 1988, que sirvió de nexo entre Megadeth y su anterior banda, Cacophony, la que compartía con otro virtuoso guitarrista como Jason Becker, y que se considera un bastión fundamental en el desarrollo del speed metal. Becker fue reconocido a la distancia por la audiencia mediante una sonora ovación, gratamente recibida por Friedman en honor a su amigo. Y hablando de amigos, “For a Friend” sería el tema encargado de cerrar el recital, donde el talento de Marty Friedman se reencontró con el público argentino, en una jornada donde el frío de junio se abrigó por un rato con el calor del virtuosismo.